sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Realmente aspiramos a la Paz? ¿Es Paz lo que queremos y fomentamos? Por Lina Cristiano



¿Realmente aspiramos a la Paz? ¿Es Paz lo que queremos y fomentamos? 
Por Lina Cristiano

En estos días en consulta con uno de mis clientes de Coaching, me dijo que lo más quería en este momento era tener PAZ, y que quería enfocarse en restablecer su Paz……Inspirada por el extraodinario e interactivo desarrollo de esa consulta escribo estas palabras….

Todos decimos que queremos Paz, que estamos a favor de la Paz, lo decimos fácilmente como decimos cualquier otra cosa, sin embargo, una pregunta interesante es ¿hasta qué punto la promuevo ó la obstaculizo? ¿Hasta qué punto no hago más que sostener una batalla campal perpetua en mi mente con mi vida, con lo que me acontece, con lo que siento, con los demás, con lo que sea que ocurra?  Hay algo que es definitivo y además determinante, la Paz se encuentra y comienza dentro de ti,  y una vez conquistada allí, estarás en condiciones de extenderla a tu vida y a todo lo que te rodea…

Si nos detenemos a auto-observarnos, ¿podemos percatarnos de la confrontación que sostenemos con lo que sentimos, con los que otros dicen ó hacen, con la experiencia que estoy teniendo, con cualquier cosa? ¿Podemos llegar al punto de ser concientes de hasta qué punto más que esa supuestamente anhelada paz, no hacemos más que sostener y promover guerra?
Cuando internamente podemos observar, y nos percatamos de esto, entonces podemos comenzar a restablecer esa Paz que todos, sin excepción anhelamos, aún cuando algunos no estén concientes de ello. La resistencia que ofrecemos a lo que ocurre tanto dentro como fuera de nosotros, las suposiciones, la crítica, los juicios y las historias que fabricamos a su alrededor, los veredictos que dictaminamos acerca de nosotros mismos, acerca de los demás, acerca de lo que ocurre como implacables  jueces con el martillo en mano, ¿es esto Paz? ¿es esto estar a favor de la armonía y la paz? Esto es lo que necesitamos reconocer e identificar, y si realmente aspiramos a la Paz, entonces una vez hecho esto, podremos intervenir conciente y deliberadamente para redefinirlo, para sacar la bandera blanca, y dirigirnos directamente a restablecer la Paz, tanto dentro como fuera de nosotros….

Así, respiramos profunda y lentamente, nos rendimos, y sentimos ese espacio de aceptación humilde de lo que es tal como es, ese espacio iluminado, sosegado, apacible que no conoce de luchas, debates, divisiones, argumentaciones, confrontaciones ni razones…..sólo sabe de unidad, paz y luz …..

Lina Cristiano
Psicoterapeuta y Coach Personal

La Voluntad…..Por Lina Cristiano




La Voluntad…..Por Lina Cristiano

Esa fuerza interna que nos moviliza a decidir hacer, hacerlo y perseverar, a ordenar, a llevar a término lo que nos planteamos, lo que iniciamos, y sin embargo, requiere conciencia y claridad de propósito.
La tendencia a la excesiva autocomplacencia y autoindulgencia es una debilidad humana que obstaculiza nuestro crecimiento y progreso, mina la Voluntad y la fortaleza de carácter. Se sustenta en la indisciplina, el hedonismo y la anarquía, e indiscutiblemente resulta tremendamente nociva y debilitante. No hay nada más fortalecedor, estimulante y motivador que sentirse orgulloso, realizado y satisfecho consigo mismo. Mientras la autocomplacencia y autoindulgencia excesivas producen un efecto totalmente contrario, porque conllevan una comodidad que es sólo aparente, temporal y superficial, y traen consigo, vergüenza y culpa.
La Voluntad es un ingrediente clave para nuestro crecimiento y progreso personal a todo nivel. La Voluntad nos permite perseverar en el logro de nuestros objetivos por encima de las circunstancias, más allá de las propias y humanas limitaciones y vulnerabilidades, porque es una fuerza interna capaz de trascender eso. Con el ejercicio de la Voluntad tomamos el mando, dejamos de postergar y de justificar esas postergaciones, dejamos de atentar contra nosotros mismos, y lo logramos cuando sabemos muy bien que lo que queremos hacer es importante, tiene significado y sentido para nosotros y nuestro progreso. Todos, sin excepción, sabemos muy bien lo que es realmente bueno para nosotros, y sin perjuicio ni menoscabo a otros. Sin embargo, cuando las tentaciones de la apatía, la postergación, la pereza, los temores, la autocomplacencia y autoindulgencia, un estado de ánimo externamente susceptible, la irresponsabilidad personal, el aferramiento al “status quo” irrumpen, es la Voluntad la que nos permite elevarnos por encima de ello, e impedir que tomen el control de nuestra vida, concediendo prioridad a aquello que tenemos planteado realizar, e ir más allá de lo que pudiéramos utilizar como una excusa que retiene, obstaculiza y pospone la realización de nuestras iniciativas y proyectos.
Siendo auto-responsables, todo lo que hemos realizado en nuestra vida ha sido el resultado del ejercicio de la Voluntad, y lo que no hemos logrado realizar proviene de la falta de ella, sin excusas. Lo que no hemos hecho, no lo hemos hecho porque no hemos querido, punto. Simplemente hemos  preferido ó elegido hacer otra cosa, así de sencillo, esa es la verdad, sin adornos, sin excusas. ¿Cuántas veces hemos dicho: lo quiero hacer, pero aún no me decido ó “después” lo haré? ¿Cuántas veces decimos: me gustaría montar tal negocio, me gustaría hacer voluntariado, me gustaría hacer Terapia, me gustaría estudiar tal cosa, me gustaría culminar el proyecto, y no lo hacemos? 
Sin duda que, las justificaciones, las excusas, la pereza, la apatía, el “status quo” y la postergación llegan a ser un obstáculo enorme al momento de pretender que lo que no hemos realizado se deba a cualquier otra razón que la falta Voluntad y disciplina.
El ser humano cuando realmente se decide a hacer algo, puede llegar a ser tremendamente creativo, persistente e innovador, sin excusas!!!. Pero necesita Voluntad y disciplina para lograrlo. En una ocasión leí una frase que recitaba: “…la fórmula del éxito es disciplina, disciplina y más disciplina…..” Y yo me atrevería a añadir que, no es posible ningún grado de disciplina, sin la asistencia de la Voluntad.
Quien se plantea determinadas iniciativas y proyectos es uno mismo, y se los plantea porque le motivan, porque tiene significado para uno, porque hemos evaluado su coincidencia con nuestros intereses y valores, porque está alineado con lo que somos y deseamos para nuestra vida. Del mismo modo que, el impulso, la lealtad y perseverancia que ofrecemos ó no a su realización es responsabilidad nuestra, y ese impulso, esa lealtad, esa decisión activa, esa perseverancia, provienen de la Voluntad. Tomar una decisión debe contener el ejercicio de la Voluntad para concretarla y efectivamente llevarla a cabo, y convertir esa decisión en una experiencia tangible, de otro modo, es solo una idea, una fantasía, no más que eso, y ahí se queda.
No podemos siquiera imaginarnos el tremendo desgaste de energía que involucra la dejadez y falta de Voluntad en nuestra vida, esa sensación de tener algo pendiente y no hacerlo de una vez por todas, esa sensación que muchas veces llega a ser una tremenda incomodidad a la que podríamos fácilmente acostumbrarnos, ó engañarnos considerándola como algo normal. El ser humano tiene la tendencia a acostumbrarse a cualquier cosa, y en muchos casos, ni siquiera llega a percatarse de aquello a lo que se ha acostumbrado, y mucho menos del daño que se hace a sí mismo, y muchas veces, también a otros, por la repercusión de sus actos.
La falta de Voluntad obra en contra de uno mismo y del propio progreso, nos mantiene estancados, esclavizados, atenta contra la natural creatividad e impulso vital que requieren del apoyo de la conciencia y la Voluntad. 
La falta de Voluntad a la larga, produce inconvenientes que es difícil estimar en el momento pero que inevitablemente tarde ó temprano tendrán que enfrentarse, produce culpa, vergüenza y un malestar interno que va minando progresivamente nuestra autoestima, e importantes áreas de nuestra vida. Se necesita consciencia de sí mismo para saber que algo así ocurre en nosotros.
La Voluntad es como un músculo, cuanto más la ejercites más se fortalecerá, tener la fortaleza interior para ejercitarla día tras día con perseverancia, requiere inicialmente de un esfuerzo consciente y deliberado, que luego con disciplina, temple, confianza y fé en uno mismo se convierte en un hábito. ¡Decídete y hazlo!!! Ahora!!! Y continúa hasta el final sin rendirte. Si logras entrenarte lo suficiente, lo convertirás en un hábito, y te aseguro que redundará en enormes beneficios y múltiples satisfacciones, tanto para ti y como para los que te rodean.

Lina Cristiano
Psicoterapeuta/Coach Personal