lunes, 4 de marzo de 2013

Las huellas que vas dejando a tu paso








¿Qué huellas dejas a tu paso, en cada encuentro, a donde quieras que vas? 

¿Cómo afectas a los que te rodean con tu presencia? 

Qué gran diferencia haríamos si adoptáramos la costumbre de 
dejar a las personas y el lugar por el que pasamos, 
mejor, mucho mejor de como los encontramos. 

Si nos tomáramos la tarea de ser autoconscientes del impacto 
que desde todo punto de vista tiene nuestra presencia 
en cada persona con la que nos encontramos, 
en cada lugar al que acudimos, por el que pasamos y usamos, 
ó en el que estemos... 

Nuestras huellas contienen nuestros pensamientos, nuestras motivaciones,
 nuestras intenciones, nuestro estado interno, antes que nada, y luego, 
sólo luego, nuestras acciones, 
porque nuestras acciones están impregnadas de ello....

¡Qué gran diferencia haríamos si deliberadamente nos propusiéramos 
dejar las mejores huellas posibles a nuestro paso!!!.... 


                                                                                      Lina Cristiano

sábado, 2 de marzo de 2013

Damos por conocido ó Conocemos.....por Lina Cristiano



Nuestra experiencia puede ser vivenciada o bien como una repetición, o bien como un descubrimiento.

Cuando recibimos lo que la existencia nos presenta desde la mente, intentamos encajar lo que vemos en el marco de referencia de lo que ya conocemos, lo vinculamos a lo que en su momento creímos que sucedía, lo proyectamos, lo traemos de nuevo al presente.

Cuando es la Consciencia la que está ante lo que Presencia, lo que ve es lo que ve, sólo eso, sin referencias, sin comparaciones, sin aseveraciones, sin etiquetas.

Experimentar la existencia en el presente es un desafío que la mente, por su naturaleza dual, no puede abordar, porque insiste en decirnos de qué se trata lo que ve, lo encuadra, lo encajona, lo clasifica y disecciona.

La naturaleza de la mente es dual, y a fin de cuentas lo que nos permite tener experiencias en este plano de existencia, es el artificio de la dualidad. Pero es sólo un artificio para que nuestros sentidos puedan oscilar de un punto a otro, en medio del contraste, de una experiencia a otra, y en ese vaivén, surge la diversidad. Lo que nos distancia de recibirlo tal como se presenta, es la interpretación que hace la mente de ello. Al interpretar, nos perdemos de la novedad que nos trae el momento, porque nos salimos de lo que despliega la existencia ahora, para entrar en la experiencia ya conocida por la mente.

Pensar sobre lo que ocurre, no es lo mismo que presenciarlo

Al pensar no hay mayor novedad, reciclamos lo que ya conocemos ó creemos conocer, al presenciar recibimos el momento presente con una disposición abierta, fresca, nueva.

Si estoy pensando no estoy presente, por eso, presencia y mente son antitéticos, no pueden darse a la vez, ó se da uno ó se da el otro. 


La presencia puede observar la mente, la mente no sabe nada de observar, sino de referenciar y concluir basándose en lo “conocido”. El estado de Presencia es el conocedor ahora, el descubridor, el testigo, el que observa, sólo observa, presencia. La mente opera en base a lo ya conocido, hace conjeturas, es el referenciador, así que, ó está uno ó está lo otro.

Cuando incursionamos en el mundo interno, necesitamos renunciar a lo conocido para dar paso a lo que se descubre y se presenta tal como es ahora, nos encontramos ante el desafío de la mente que forcejea por imponerse, pretendiendo decirnos qué es lo que vemos ó sentimos, de qué se trata y argumenta respecto a ello.

Una disposición de curiosidad, renunciar a las historias, a lo que creo saber, es el golpe de gracia para la mente con su pretendido sentido de identidad (ego) y de conocimiento de lo que ve y de lo que ES, tal como ES. La mente está convencida de que sabe, y lo defiende a sangre y fuego, lo argumenta, lo justifica, y si deliberadamente, la ponemos a no saber, se debate a duelo con la Consciencia. Esa es la raíz de la resistencia, la mente se opone a ver las cosas tal como son, ahora, e insiste en determinar lo que son. La mente nos dice qué ocurre, ó mejor dicho, qué pretende que ocurre, hace conjeturas, mientras la consciencia observa, sólo observa, presencia.

Es cuestión de auto-observación y práctica…..

Lina Cristiano
Psicoterapeuta y Coach de Vida

linacristiano@gmail.com
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