jueves, 8 de diciembre de 2011

Ese Estéril Escepticismo.....Por Lina Cristiano




Ese Estéril Escepticismo.....Por Lina Cristiano

Mucho se ha hablado acerca de la importancia de la prevención, algunos toman medidas en el ámbito de la salud, de las finanzas, profesional, etc, sin embargo, cuando se trata del ámbito de las emociones, del mundo interno, en muchas ocasiones, lo que pudiera considerarse como una señal de advertencia, suele pasarse por alto, subestimarse, ó peor aún, ignorarse. Lamentablemente, el ser humano pareciera necesitar llevarse al extremo de una “crisis” para ser sacudido y reaccionar, pareciera necesitar llevar su experiencia a un punto donde las cosas le resulten lo suficientemente insoportables y abrumadoras, como para finalmente darse cuenta de que algo no anda nada bien, que hay algo que definitivamente le exige que se detenga a investigar de qué se trata, y tomar cartas en el asunto. El nivel de tolerancia que tienen algunas personas para llevar su vida a lo que puedan considerar una “crisis”, puede llegar a ser bastante alto. Sin embargo, a eso que llamamos “crisis” no se llega de la noche a la mañana, antes de llegar a ese punto, son muchas las señales que se pasan por alto, que se subestiman, ignoran ó eluden, son muchos los alertas que se presentan solicitando atención, y, ó bien somos escépticos ante  ellos, ó simplemente, no son tomados en cuenta. 
En ocasiones podemos ver ese cinismo mezclado con escepticismo que pareciera ofrecer algo que simula poder y control, pretendidas certezas y seguridad incongruentemente llenas de prepotencia, que no son más que decepciones, frustración y temores disfrazados de burla, sarcasmos, humor negro y risas para no llorar, hasta que la humildad permita una mayor claridad de enfoque. La verdad no admite farsas, no conoce de engaños y falsedades, sigue siendo la verdad, se reconozca ó no, se haga lo que se haga.
La ignorancia, la inconsciencia y el escepticismo contienen consecuencias que resultan  desafortunadas, porque impiden que las señales ó advertencias no sean reconocidas y  asumidas como tales. 
El camino fácil suele ser el de aturdirse, distraerse, sea con el trabajo, la familia, internet, la moda, la vida social ó cualquier otra cosa que le abstraiga lo suficiente de eso que se presenta como un llamado de atención, siendo apenas considerado como algo que simplemente ocurre y ya pasará (por sí sólo, como por arte de magia). El tiempo lo cura todo (lo anestesia con el olvido), lo puedo sobrellevar, no es mayor cosa, en cuanto menos me de cuenta habrá desaparecido (como por arte de magia), no es tan importante, ya pasará, son sólo algunas de las cosas que nos decimos para ignorar ó evadir la señal, en plena negación y subestimación de una realidad. Esa superficialidad, esa ligereza, esa ceguera, esa trivialización e inclusive dejadez, es lo que lleva las cosas al punto de “crisis”. Aún cuando ciertamente hay cosas que están fuera de nuestro control, el escepticismo, la negación y la evasión pueden llegar ser tales, que algunos llegan inclusive al extremo de considerar esas señales de alerta, sea internas y/o externas, como una tontería pasajera, y hasta ciencia-ficción!!! Pero eso apenas alcanzará  hasta que se presente la “crisis”, que se encargará de mostrar que no es ninguna ficción, sino que es más real que cualquier cosa en este mundo. Hay personas que de sólo mencionarles algo respecto al mundo interno, a ese mundo intangible, a las emociones ó la espiritualidad sienten escozor, fastidio, molestia y bastante incomodidad, como si eso fuera un ocasional accesorio ó algo de extraterrestres.
En realidad, no necesitamos llevar las cosas a ese punto, si prestáramos más atención, si fuésemos un poco más allá de la apariencia y periferia de las cosas, si fuésemos más conscientes y le diéramos al ámbito interno la importancia que merece, sin embargo, sólo cuando las cosas llegan lo suficientemente lejos, para lo cual, hay tolerancias bastante altas, sólo así, se reacciona. La mayor parte de las personas que llegan a mi consulta, es porque han llegado al punto del agotamiento, de una confrontación tenaz consigo mismos, con su entorno, y su situación vital, lamentablemente es así, aún cuando no tiene porque ser de ese modo.
Vivir conscientemente, trabajar y mantenerse actualizado con el propio mundo interno, es la mejor “prevención” que podemos ejercer, tratándose de un ámbito sutil, intangible, no cuantificable ni medible, donde el intelecto, la objetividad científica y el raciocinio apenas nos permiten llegar a un punto, a partir del cual hemos de continuar por pura intuición, por pura guía y conexión interna, sin tener la menor idea de adonde nos llevará. No hay recetas, procedimientos pre-establecidos, escalas ni estándares en este sentido, quizás esa incertidumbre, esa impredicibilidad, esa sensación de falta de control, sea lo que hace que sea subestimado, puesto de lado ó pasado por alto. 
Para bien de todos, hemos ido adquiriendo cada vez más consciencia y responsabilidad respecto al mundo interno y la espiritualidad, otorgándole el lugar de honor que le corresponde en nuestra vida. Sin embargo, en general, aún sigue presente esa tendencia evasiva, escéptica, hacia ese aspecto tan profundo, esencial, subjetivo, y con tantas variables intangibles, donde la vulnerabilidad queda expuesta a flor de piel, y puede llegar a sentirse hasta los huesos. 
Es un hecho que el dolor está presente en nuestras vidas, pero le tememos al dolor, lo evadimos, y podría decirse que gran parte de lo que hacemos en nuestra cotidianidad, se reduce a escapar del dolor, y sin duda, hoy día, hay una nutrida variedad de excelentes distractores y aturdidores a disposición, listos para ser adoptados y mantenernos lo suficientemente abstraídos y alejados del dolor y la vulnerabilidad, aunque, a los que confían y se refugian en esto para eludir el dolor, lamento decirles que es sólo cuestión de tiempo. El dolor no se esfuma, ni se desintegra, ni desaparece por arte de magia, por distraernos de él, apenas es temporalmente mantenido a raya, y mientras se elude y se pospone afrontarlo e integrarlo, lo único que se logra es profundizarlo día a día, y llevarlo al extremo de volverse imposible de ocultar u obviar, y como es de esperarse, saldrá a la luz!!!, no por coraje y decisión propia de afrontarlo e integrarlo, sino mediante una buena sacudida, porque muy a pesar de todas las evasivas sobreviene lo inevitable, y no nos queda otra opción que reconocerlo y afrontarlo, tomar consciencia, madurar y trascenderlo, y darle a nuestro mundo interno el lugar sagrado que le corresponde en nuestra vida.
Recordemos que los resultados en nuestra vida los producimos de adentro hacia fuera, y no al revés, como comúnmente se cree. Esto ha sido ampliamente demostrado y certificado desde el "objetivo" punto de vista científico de la física cuántica. Así que, seamos honestos: no podemos  pretender que lograremos tapar el sol con un dedo….

Lina Cristiano
Psicoterapeuta y Coach Personal