Hay un patrón nefasto que nos amarga y estanca.
Ese patrón es el de justificar nuestra frustración, impotencia y descontento
a través de las circunstancias, mientras perdemos de vista la verdadera causa:
ceguera, resistencia e ingratitud.
Con eso no nos damos cuenta cuán pesada nos la ponemos
con nuestra negatividad y exaltación de lo adverso.
No asumimos la responsabilidad de cómo nos sentimos
excusándonos con una lista de absurdas justificaciones,
para auspiciar un enfoque impróvido e infantil.
Lina Cristiano
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