martes, 24 de septiembre de 2013

En la paleta de emociones, también está la amargura…..


En la paleta de emociones, también está la amargura…..

La amargura….
el reproche, el reclamo que el niño herido le hace a la vida, 
a quien no pudo darle lo que necesitaba, lo que quiso, 
lo que quiere.…
la amargura es la identificación con el niño herido
que resentido se aferra a un pasado carente y doloroso,
como una tenebrosa carga llevada a cuestas
se regodea en su victimismo,
elude la Luz, elude la Fé, ignora a Dios…
se niega a crecer, a madurar, a perdonar,
a posar su mirada en bendiciones,
en lo espléndido que hay en su presente….
La amargura no sólo contamina a quien la ostenta,
sino a todo lo que toca…
La amargura ciega, la amargura engaña,
impone a la vida el sinsentido,
en su tenebrosa penumbra,
desprecia y arrasa con todo lo bueno que la vida le ha dado, 

reduciéndola a tinieblas, a recuerdos sombríos y pesadumbre
para permanecer en ese sórdido rincón de su mente,
y regodearse en su venerada desdicha….

Lina Cristiano

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Causa y Síntomas…..Por Lina Cristiano



Causa y Síntomas…..Por Lina Cristiano

Un síntoma es un alerta, es una solicitud de atención, no obstante, y en general, lejos de remitirnos a la causa que lo provoca, lo que hacemos es buscar la manera de acallarlo.
Si me duele la cabeza, ó el estómago, paso por alto lo que lo pueda estar causando, me tomo una pastilla, porque lo que quiero es que el síntoma desaparezca, y rápido!!!. Tomarse la pastilla para dormir para mitigar el  insomnio, tomarse el calmante ó el antidepresivo para mitigar la depresión ó los ataques de pánico.
Una pastilla, ofrece la ilusión de que te sentirás mejor, pero con el tiempo, inevitablemente los síntomas vuelven a aparecer, ¿porqué? Porque la causa sigue ahí, produciéndolos, y lo seguirá haciendo, hasta que se le preste la  atención que solicita.
Una analogía respecto a la “pastilla”, que figurativamente puede tomar muchas formas metafórticamente hablando, es cuando tienes una gotera en tu casa, y lo que haces es ponerte a secar la gota con un pañito, ¿qué va a ocurrir? La gota continuará, y llegará el momento en el que la gota se convierta en un chorro!!! ¿Porqué? Porque lo único que hice fue lidiar con el síntoma, mientras la causa continuaba llamando la atención, y nos negamos a ofrecérsela.
Nos movemos en direcciones equivocadas, ineficientes, mientras insistimos en deshacernos de los síntomas, y cuanto más pronto mejor por supuesto, mientras la causa continúa siendo ignorada.
El punto es, ¿estamos dispuestos a dejar de desgastarnos engañándonos con la ilusión de que si trato con el síntoma, el asunto se va a resolver ó va a desaparecer?
En lo que a nosotros respecta, identificar la causa y remitirnos ella, sea quizás el camino más evadido, más ignorado y menos transitado, por lo que implica y exige. Ignorar que se ignora, es lo que impide que nos remitamos a la causa, nos mantiene arando en el mar con los síntomas, y es un tremendo obstáculo para dar en el clavo con lo que en efecto ocurre, e impulsarnos en nuestro progreso personal.
En general, lo último que nos pasa por la cabeza es que la causa está en mi, que el síntoma es sólo una consecuencia, un derivado, que procede de mi, surge de mi, y que el inconsciente se está comunicando conmigo poniéndose en evidencia a través de ese síntoma. Lo que vemos manifestado es sólo un reflejo, un reflejo que algo que no está a la vista, que no es tan obvio como un síntoma, y que el síntoma nos lo está delatando.
Así que, tomarse la tarea de explorar de qué se trata, remitirnos a la causa, es lo que en efecto nos evitaría que el síntoma tenga que saltarnos en la cara una y otra vez, hasta que finalmente le prestemos la atención necesaria, a la CAUSA.

Lina Cristiano

Psicoterapeuta y Coach de Vida


martes, 3 de septiembre de 2013

Cuando el discípulo está preparado, le llega el maestro......Por Lina Cristiano


CUANDO EL DISCÍPULO ESTÁ PREPARADO, LE LLEGA EL MAESTRO

En principio, al menos pienso yo, todos en esta vida somos de algún modo discípulos. Entonces ¿qué significa que el discípulo esté preparado?. Personalmente creo que cuando resuena en nuestro interior el deseo de aprender, de conocer, de comprender, de descubrir, es cuando contamos con ese impulso inicial para realizar nuestra búsqueda personal. También puede darse el caso de tener el deseo y no hacer nada al respecto, ó moverse en direcciones contraproducentes. De cualquier modo, cuando DECIDIMOS en nuestro interior SABER, es porque en principio, aceptamos humildemente que no sabemos, y además, estamos efectivamente dispuestos a Saber, y actuamos en consecuencia, entonces estamos preparados.
Tanto en mi experiencia personal, como en la experiencia que he tenido y tengo como Psicoterapeuta y Coach, he observado que cuando estamos demasiado implicados emocionalmente en un asunto, no contamos con una perspectiva lo suficientemente objetiva de la situación, y de nuestra participación en ella, en esos casos, es razonable y sabio, si estamos dispuestos a resolverlo, ó esperar que “se calmen las aguas” para distanciarnos eficientemente del asunto y analizarlo en frío, ó buscar ayuda. Sin embargo, se necesita humildad, coraje, decisión y voluntad para ponerse manos a la obra.
La decisión de aclarar y resolver un asunto cualquiera que sea, partiendo del hecho de que: lo que hemos hecho ó estamos haciendo no ha funcionado, que no manejamos suficiente información, que no logramos tener una perspectiva clara, que necesitamos conocimiento, herramientas y de otras perspectivas para aclararnos el panorama, puede alinearnos en dirección directa a intervenir en nuestra percepción y estado interior, para comprender mejor la situación, y colocar las cosas en el lugar que les corresponde.
La capacidad de síntesis es una habilidad importantísima en el aprendizaje que logramos extraer de nuestras experiencias. Si partimos del principio de que el objetivo primordial por el cual tenemos experiencias es conocernos, aprender, crecer y evolucionar, entonces, servirnos de esas experiencias para impulsarnos hacia delante involucra necesariamente la habilidad de llegar a las conclusiones correctas, de descubrir las claves de lo que nos ocurre, y en eso consiste la síntesis de nuestras experiencias. Son las conclusiones que logramos extraer de nuestras experiencias, sea por cuenta propia o buscando ayuda, las que determinan si seguimos dando vueltas en círculo, ó logramos superar la situación, trascenderla y finalmente, atesorar otra lección, humana y sabiamente aprendida.

Lina Cristiano
Psicoterapeuta / Coach de Vida
linacristiano@gmail.com