Ser inteligente no se refiere a los titulos que se ostentan, ni a contar con un cúmulo de conocimientos e información, u obtener altas calificaciones en el índice de coeficiente intelectual, sino más bien a saber utilizar el propio discernimiento, al ejercicio eficiente y continuado de la fuerza de voluntad y la perseverancia, porque es el ejercicio de la voluntad lo que le da funcionaliidad a nuestros talentos y habilidades.
Es la firmeza, la fortaleza interna y la madurez en la práctica de valores humanos fundamentales.
Ser inteligente es tener dominio de sí mismo y hacer un uso constructivo de la mente, del pensamiento y de los propios actos. Ser inteligente es tomar las riendas de la propia vida, hacerse cargo de los propios asuntos y afrontar los desafíos de la vida con madurez, responsabilidad, eficiencia y entereza.
La gente inteligente es autoresponsable y autoreferida. Se reconoce como el hacedor e impulsador de su vida, como el que causa y es responsable de sus pensamientos, sentimientos, opiniones, ideas, circunstancias, necesidades, actos, prioridades.
Ser inteligente es poder reconocer y aceptar las propias habilidades, talentos, vulnerabilidades y limitaciones, y obrar responsable y eficientemente a partir de ello.
Ser inteligente es pensar y proceder de manera eficiente y efectiva en beneficio de todos, incluído uno mismo.
Es tener la destreza y claridad para distinguir lo que se necesita y lo que no se necesita, lo que es valioso, relevante e importante, y lo que no lo es.
Es la habilidad práctica para dar en el clavo con soluciones oportunas y efectivas en beneficio de todos.
Ser inteligente es hacer un uso bien dirigido, enfocado y disciplinado de la propia energía, tiempo y recursos. Es administrar con eficiencia y efectividad el tiempo y los recursos con los que se cuenta.
Ser inteligente es enfocarse y ocuparse de lo que está bajo nuestro control y no desperdiciar ni tiempo ni energía en lo que no está bajo nuestro control.
Ser inteligente es tener claro momento a momento y en toda circunstancia qué es lo que se quiere, y ocuparse de ser coherente con ello.
Ser inteligente es tener bien claro el sentido de propósito en lo que se piensa y en lo que se hace. Es tener motivaciones y propósitos elevados y edificantes que beneficien en lo personal, y a los que nos rodean.
Es tener una visión holística y trascendente de sí mismo y de la vida.
Es reconocer las buenas oportunidades. tener el coraje de aprovecharlas, y también de agradecerlas.
Ser inteligente es saberse un aprendiz eterno, ese que tiene la humildad y la sabiduría de tener el desarrollo, el aprendizaje y el crecimiento personal como una prioridad y a partir de ello impulsar, crear y enriquecer su vida y la de los que le rodean.
Lina Cristiano
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