"Caras vemos corazones no
sabemos".....
"Caras vemos corazones no sabemos" recita el
dicho.....léase bien, corazones "NO SABEMOS".....En ocasiones nos
apresuramos a sacar conclusiones acerca de los demás, con bastante ligereza
etiquetamos, señalamos, juzgamos apariencias basados en nuestras particulares
apreciaciones, sin el menor asomo de empatía y misericordia. El ego hace su
jugada, y nosotros, la seguimos….El juez ha dictaminado su sentencia…..
La compasión y la misericordia son virtudes de la
consciencia que se desarrollan como consecuencia de una visión y perspectiva
espiritual a un nivel esencial y profundo. No estoy hablando de lástima, lo
cual involucraría otro egocentrismo más separándonos del asunto, sino más bien
de una perspectiva integradora, unificadora.
Puede tornarse egocéntricamente muy incómodo aceptar que en
realidad desconocemos mucho más de lo que pretendemos saber acerca de los
demás.
Renunciar a nuestras posturas y actitudes defensivas u
ofensivas, con todo lo que ello genera, o mejor dicho, degenera, puede
constituir un reto muy desafiante para el ego, que sólo pretende convencernos,
con sus peculiares argumentaciones, que tiene razones más que suficientes para
estar en pie de guerra, sacar las conclusiones que saca y sentenciar con sus
inmisericordes veredictos, robándonos la paz y reforzando lineas divisorias
inexistentes e imaginarias….
Hay una frase en el Curso de Milagros, que, no
textualmente, pero dice algo así: “Libérame de la ilusoria espada con la que
combato en mis imaginarias batallas”...Para el que ha explorado la
espiritualidad, puede ser una frase muy interesante…..Si hay algo que es cierto
es que, los que primero se ven afectados e impactados por nuestros propios
juicios y por las conclusiones a las llegamos, somos nosotros mismos, y en
consecuencia, inevitablemente extendemos ese impacto a los demás ….Nada
perturba más nuestra paz interior que el
propio acto de juzgar y los juicios que hacemos, hacia nosotros mismos y hacia
los demás, y si nos damos cuenta de que estamos afectando nuestra paz interior,
dar el beneficio de la duda a esos juicios, con compasión y misericordia, por nosotros mismos y por el otro, puede abrirnos paso hacia la
liberación de esa perturbación autoinfligida….
Podemos disfrazar u ocultarnos detrás de nuestros temores, pretensiones e inseguridades de
infinidad de maneras, y una de ellas es el señalamiento y la crítica, el
desafío espiritual es primero, darnos cuenta, y luego, no
encubrirlos más con juicios y critica, sino más bien, integrarlos. Con humildad, con coraje, los
reconocemos, los aceptamos, los integramos, y seguimos adelante liberados y en
paz. Cuando permitimos tal purificación, favorecemos y nos asentamos en la
compasión y la misericordia, afianzamos la paz, la unidad, renunciando a esas
fabricadas e imaginarias batallas con ilusorias espadas….
Lina Cristiano