La Voluntad…..Por Lina Cristiano
Esa fuerza interna
que nos moviliza a decidir hacer, hacerlo y perseverar, a ordenar, a llevar a
término lo que nos planteamos, lo que iniciamos, y sin embargo, requiere
conciencia y claridad de propósito.
La tendencia a la
excesiva autocomplacencia y autoindulgencia es una debilidad humana que
obstaculiza nuestro crecimiento y progreso, mina la Voluntad y la fortaleza de
carácter. Se sustenta en la indisciplina, el hedonismo y la anarquía, e indiscutiblemente
resulta tremendamente nociva y debilitante. No hay nada más fortalecedor,
estimulante y motivador que sentirse orgulloso, realizado y satisfecho consigo
mismo. Mientras la autocomplacencia y autoindulgencia excesivas producen un
efecto totalmente contrario, porque conllevan una comodidad que es sólo
aparente, temporal y superficial, y traen consigo, vergüenza y culpa.
La Voluntad es un
ingrediente clave para nuestro crecimiento y progreso personal a todo nivel. La
Voluntad nos permite perseverar en el logro de nuestros objetivos por encima de
las circunstancias, más allá de las propias y humanas limitaciones y
vulnerabilidades, porque es una fuerza interna capaz de trascender eso. Con el
ejercicio de la Voluntad tomamos el mando, dejamos de postergar y de justificar
esas postergaciones, dejamos de atentar contra nosotros mismos, y lo logramos
cuando sabemos muy bien que lo que queremos hacer es importante, tiene
significado y sentido para nosotros y nuestro progreso. Todos, sin excepción,
sabemos muy bien lo que es realmente bueno para nosotros, y sin perjuicio ni
menoscabo a otros. Sin embargo, cuando las tentaciones de la apatía, la
postergación, la pereza, los temores, la autocomplacencia y autoindulgencia, un
estado de ánimo externamente susceptible, la irresponsabilidad personal, el
aferramiento al “status quo” irrumpen, es la Voluntad la que nos permite
elevarnos por encima de ello, e impedir que tomen el control de nuestra vida,
concediendo prioridad a aquello que tenemos planteado realizar, e ir más allá
de lo que pudiéramos utilizar como una excusa que retiene, obstaculiza y
pospone la realización de nuestras iniciativas y proyectos.
Siendo
auto-responsables, todo lo que hemos realizado en nuestra vida ha sido el
resultado del ejercicio de la
Voluntad, y lo que no hemos logrado realizar proviene de la
falta de ella, sin excusas. Lo que no hemos hecho, no lo hemos hecho porque no
hemos querido, punto. Simplemente hemos preferido ó elegido hacer otra cosa, así de
sencillo, esa es la verdad, sin adornos, sin excusas. ¿Cuántas veces hemos
dicho: lo quiero hacer, pero aún no me decido ó “después” lo haré? ¿Cuántas veces decimos: me
gustaría montar tal negocio, me gustaría hacer voluntariado, me gustaría hacer Terapia,
me gustaría estudiar tal cosa, me gustaría culminar el proyecto, y no lo
hacemos?
Sin duda que, las justificaciones,
las excusas, la pereza, la apatía, el “status quo” y la postergación llegan a
ser un obstáculo enorme al momento de pretender que lo que no hemos realizado
se deba a cualquier otra razón que la falta Voluntad y disciplina.
El ser humano cuando
realmente se decide a hacer algo, puede llegar a ser tremendamente creativo,
persistente e innovador, sin excusas!!!. Pero necesita Voluntad y disciplina
para lograrlo. En una ocasión leí una frase que recitaba: “…la fórmula del
éxito es disciplina, disciplina y más disciplina…..” Y yo me atrevería a añadir
que, no es posible ningún grado de disciplina, sin la asistencia de la Voluntad.
Quien se plantea
determinadas iniciativas y proyectos es uno mismo, y se los plantea porque le
motivan, porque tiene significado para uno, porque hemos evaluado su
coincidencia con nuestros intereses y valores, porque está alineado con lo que
somos y deseamos para nuestra vida. Del mismo modo que, el impulso, la lealtad
y perseverancia que ofrecemos ó no a su realización es responsabilidad nuestra,
y ese impulso, esa lealtad, esa decisión activa, esa perseverancia, provienen
de la Voluntad. Tomar
una decisión debe contener el ejercicio de la Voluntad para concretarla
y efectivamente llevarla a cabo, y convertir
esa decisión en una experiencia tangible, de otro modo, es solo una idea, una
fantasía, no más que eso, y ahí se queda.
No podemos siquiera
imaginarnos el tremendo desgaste de energía que involucra la dejadez y falta de
Voluntad en nuestra vida, esa sensación de tener algo pendiente y no hacerlo de
una vez por todas, esa sensación que muchas veces llega a ser una tremenda
incomodidad a la que podríamos fácilmente acostumbrarnos, ó engañarnos
considerándola como algo normal. El ser humano tiene la tendencia a acostumbrarse
a cualquier cosa, y en muchos casos, ni siquiera llega a percatarse de aquello
a lo que se ha acostumbrado, y mucho menos del daño que se hace a sí mismo, y
muchas veces, también a otros, por la repercusión de sus actos.
La falta de Voluntad
obra en contra de uno mismo y del propio progreso, nos mantiene estancados, esclavizados, atenta
contra la natural creatividad e impulso vital que requieren del apoyo de la
conciencia y la Voluntad.
La falta de Voluntad a la larga, produce inconvenientes
que es difícil estimar en el momento pero que inevitablemente tarde ó temprano tendrán que enfrentarse, produce culpa, vergüenza y un malestar
interno que va minando progresivamente nuestra autoestima, e importantes áreas
de nuestra vida. Se necesita consciencia de sí mismo para saber que algo así ocurre en nosotros.
La Voluntad es como un músculo, cuanto más
la ejercites más se fortalecerá, tener la fortaleza interior para ejercitarla
día tras día con perseverancia, requiere inicialmente de un esfuerzo consciente
y deliberado, que luego con disciplina, temple, confianza y fé en uno mismo se
convierte en un hábito. ¡Decídete y hazlo!!! Ahora!!! Y continúa hasta el final
sin rendirte. Si logras entrenarte lo suficiente, lo convertirás en un hábito, y
te aseguro que redundará en enormes beneficios y múltiples satisfacciones,
tanto para ti y como para los que te rodean.
Lina Cristiano
Psicoterapeuta/Coach Personal